miércoles, 29 de marzo de 2023

RESCOLDOS EN EL BRASERO

El único amor que tengo aprendido, es el que creció conmigo en la adversidad, el que ha sobrevivido a todas las ausencias y todas las distancias.

No se trata de correspondencias o fusiones o fundaciones. Se trata de esa llama que se sostiene en el tiempo, que ha sobrevivido a todos los vientos, ha dejado luz en las noches que no hay luna y ha brillado en los días que no hay sol.

El único amor que me acompaña eres tú, que estás en mis pupilas y solo yo puedo verte.

---

Imagen de Lorenzo Taliani (@talianilorenzo)

jueves, 23 de marzo de 2023

LOS DÍAS EN OCRE

Qué lejos queda la vida
cuando no estás.
Qué cerca queda la locura
de tanto pensar, imaginar, construir sobre la ausencia,
 
Qué cerca queda la locura,
cuando el sentimiento se sacude como la copa de los árboles,
en los vientos de otoño al atardecer,
cuando las horas son hojas desteñidas en ocre.
 
Qué lejos quedan los días
cuando el camino se desdibuja,
cuando se pierden los honores y consignas
 
Qué cerca está la ausencia
Qué lejos quedo de mí mismo.
Cuando no estás.
----

Imagen de El Jinete Imaginario (@eljineteimaginario)- “Bosques de Palermo”/2013

martes, 21 de marzo de 2023

TRISTEZA

Qué triste es vivir sin intentar decirte que te amo, sin buscarte, sin tener al menos algún indicio del momento en que pueda abrazarte y decirte que la vida está de fiesta cuando vos estás.

Qué triste es vivir sin intentar. Qué triste es quedarse en el laberinto seco, circular, anodino y casi muerto de pensar el día, cuando no estás, cuando no insisto en buscarte, cuando abandono la idea de abrazarte y perderme en soliloquios de no sé con quién ni por qué.

Qué triste es todo cuando abandono, no me quejo y miro resignado el día sin vos. 

---

Foto: Claudio Dell’Osa.

jueves, 16 de marzo de 2023

CLAUDICACIONES

Estamos en guerra para olvidarnos
Estamos en combate con nosotros mismos
¡Ya no sé desde qué tiempo!
Las batallas para olvidarnos se han vuelto eternas
Porque a medida que nos alejamos
Más difícil se hace olvidarnos
Hemos inventado no sé cuántas estrategias
Hemos buscado cientos de excusas para no vernos
Pero yo siempre he sido el más débil
Aun sabiendo que todo final es inexorable
No resisto bien eso de caminar en sentido contrario
Entonces me doy vuelta y me detengo. Solo quiero mirarte.
Pero solo consigo renovar el combate
Para olvidarte. Sentir que debo empezar otra vez
En esta batalla constante por olvidarnos
Siento que vamos fracasando. Con mucho éxito
En este fracaso…
En esta guerra permanente conmigo mismo
Lo único cierto, auténtico y verdadero
Es mi expresión cuando te miro
Es la expresión “¡Cuánto te quiero!”
----

Imagen tomada de la Red de autor desconocido.

lunes, 13 de marzo de 2023

DUDAS Y CERTEZAS

Te conozco. A veces no lo sé. 
No te reconozco. Y a veces te conozco demasiado bien.
No lo sé. ¿O sí lo sé?

Estas en mí no sé desde cuándo.

Hace tanto que voy tras tuyo, que sigo tus ondas, que te voy buscando, que te estoy escribiendo, que a veces pienso que te conozco, que nací el mismo día que me di cuenta que te llevo dentro. Porque cuando escribo si sé que te llevo dentro y también es una forma de saber que te estoy buscando.

Tal vez sea cierto esto que escribo y que llevo aquí dentro.

Tal vez sea cierto, igual que todo lo que está ahí fuera.
Tal vez sea tan fuerte como la palabra que está grabada, la que voy escribiendo, la que tengo dentro o la que está allá donde habitas, desde donde me cuentas historias, travesuras y lanzas propuestas.
Desde donde nos miramos con ojos de admiración. 

Te conozco. No te conozco. Te reconozco. No lo sé.

En todos los planos, todas las realidades, todos los instantes de cada día, vamos mutando la piel, los gestos, las emociones, los silencios. Pero no cambian las palabras y su significado, salvo mentira, insidia o despreocupación.
En cada momento puede haber una pequeña revolución. En cada espera hay una esperanza de revolución. En cada segundo hay una expectativa.
En todo momento somos distintos.
Nos reconocemos, nos perdemos, nos caemos, nos levantamos, nos amamos, nos odiamos, nos negamos, nos alabamos, nos juntamos, nos separamos, nos echamos y volvemos. 

Cada día es un punto. Quizá no valga nada. Pero quizá sea el agujero por donde podamos espiar el infinito, el hueco por donde todo se ve. Cada día es el lugar donde todo se puede ver. Es una abertura por donde nos espiamos el alma, nos llamamos, nos reclamamos y a veces nos encontramos. Cada día es una rendija que nos deja ver el alma desnuda. El día es un invento para verse a los ojos, besarse las emociones, apretar las ideas entre las manos, abrazarlas y cargarlas. Decididos. Cada día es un contrapunto.

Hay tantas versiones de un mismo día, tanta ceguera como lucidez, tanta  ausencia como plenitud, tanto trasiego ignorado como instante fundacional. Ese es el punto en donde nos cruzamos. Esa es la intersección del impacto. Ese es el lugar, el comienzo. Es ahí donde siempre quiero estar. Esos son los momentos en que escribo. Porque hay una fuerza interior que me dice: “¡déjalo grabado!”. Cumplo la orden. Porque siempre tengo la sospecha que es el único camino que me llevará hasta donde estás, donde quiero estar, donde siempre quise estar y a veces sospecho que es donde nací. Mientras tanto, en el camino, escribo. Cada palabra es un signo más que me deja conocer, me permite reconocer. 

Te conozco. No te conozco. Te reconozco. No lo sé.

El día que deje de dudar, tal vez ya no escriba más. Quizá sea porque no me reconozca, porque no quiera conocerme. Ese día quizá, ya no sepa para qué sirven las preguntas ni me importen las respuestas. Sin duda, eso será porque te he dejado de querer o tal vez no sepa cómo hacerlo o me haya perdido para siempre.

----

Imagen tomada de la Red de autor desconocido. 


jueves, 9 de marzo de 2023

CARTA AL INFINITO PERDIDO

Al fin y al cabo, esta es una historia triste solo enaltecida por la épica que sólo la poesía puede alcanzar. En algún momento deberé escribir sobre estos tiempos, ya despejado el panorama de la metáfora exquisita, que se ha instalado por estos días y se abraza con igual fuerza entre el pie que me sostiene, la garganta y el pecho que se expande y se contrae. 

Nada es tan real como lo que imaginas con fuerza de ilusión. Por eso he sido tan feliz. Por eso te he llevado siempre prendida sobre mí en algún lugar del cuerpo y ahora te guardo dentro, como el centro vital de mi existencia. Pero extrañarte no ha sido fácil ni sencillo ni llevadero. Solo las palabras han acudido a mi llamado y cada una de ellas era un pedacito de vos que se acercaba a la carrera. ¡Tanto hemos festejado en cada encuentro! ¡Tanto hemos hecho y no hemos sido! Creí llegar al infinito y nunca quise regresar.

Al fin y al cabo, esta es una historia triste aunque no lo reconozca. No lo haya hecho ni lo quiera hacer aún hoy. Pero así como los afectos y la ilusión de lo querido crecen y se alimentan de imaginación sostenida, certera y empeñosa, así también el amor es frágil por alguna hendija. Y aunque pueda quebrar torres, abrir murallas y superar todas las prohibiciones y bloqueos, finalmente termina agitado y jadeante en la distancia, arrinconado por un aguacero que no es lluvia, pero moja y es quejido.

Al fin y al cabo, la historia es triste porque hay desvelo pero no hay consuelo para el amor, cuando se presiente que no estarás y no estás. Entonces solo queda la peregrina y solitaria idea de encontrar, en el silencio de la llanura, ese amanecer que sea todo cielo y horizonte de caldén. Para construir otra vez un paisaje interior y dejar espacio para alguna fábula alegre y festiva, que también sea parábola y me explique cómo hacer. Para salir y ver. Para volver a ser sustancia real enamorada. Y abandonarme a tu lado.

----

Imagen de autor desconocido tomada de la Red.

lunes, 6 de marzo de 2023

ANUDADOS EN LA SOLEDAD

En la soledad de este tiempo perdido no veo horizonte ni las puertas de la casa ni las ventanas ni el techo de la habitación ni los extremos de algún mueble. En la soledad de este tiempo no veo ni las miradas. Solo me anudo a la tuya. La única mirada de los únicos ojos.

En la soledad de este tiempo perdido solo te veo a vos encima de mí, cabalgándome desde el pecho, apretando de tanto en tanto mi diafragma para que siga tu ritmo y tu rumbo de amazona desbocada, que recorre estas horas desvencijadas como vencejo que reparte vuelo y primavera.

En mi soledad y en la de todos los hombres, siempre hay una mujer que anuncia los nuevos días. Pero ninguno será como el tuyo. Ninguno será tan armoniosamente inquieto como los movimientos de tu cuello y los gestos de tu cara, mientras cabalgas y diriges la mirada hacia un lado y otro, hacia arriba y hacia abajo, como quien reparte auroras.

En mi soledad de este tiempo vencido solo hay espacio para mirarte desde abajo, como quien enaltece lo desconocido, para tomarte de la cintura y levantarte tanto como pueda, sentir tu cuerpo poderoso, para luego dejarte caer sobre mí, con todo el peso de un futuro al que quiero abrazarme.

----

Imagen de autor desconocido tomada de la Red