jueves, 14 de febrero de 2019

LA GENTE NO CUMPLE AÑOS


La gente no cumple años. La gente cumple deseos,  entusiasmos, promesas y esperanzas de venturas. También cumple nostalgias por las promesas perdidas, por el fracaso que no quiere recordar pero lleva grabado en el cuerpo.
La gente no cumple años. La gente solo tiene un momento solemne para recordar (recordarse y recordarles a los próximos)  todo lo que quiso ser y todo lo que está dispuesto a ser.  Es una ceremonia solemne en la que no está permitido el recuerdo de los fracasos. Solo está habilitada la vía de las promesas en la autopista de la felicidad.
Todos cumplimos años. Pero no festejamos los años. Festejamos los años que vendrán. Y está bien. Toda persona de bien, solo se detiene en cuestiones de futuro. Porque es limpio, despejado y a disposición de las quimeras. El pasado es solo el arrabio de lo conseguido y lo que no fue.
La gente  no debería cumplir años. La gente solo debería cumplir deseos o promesas o quimeras o   rebeliones contra la desgracias del “Sin-Futuro”.
La única vida que tenemos está hecha solo de futuro y entusiasmo. Tal vez podamos ponerle algo de talento a ese entusiasmo, pero esa es otra historia. Lo cierto es que nuestra vida no está hecha de pasado. El pasado es solo una crónica de los deseos y quimeras que tuvimos alguna vez.
 La  única vida que tenemos está hecha de futuro. Y  es necesario que – al menos una vez al año – decidamos  hacer esas ceremonia necesaria, que nos convence que tenemos toda la fuerza  posible para llegar a ese futuro.
Un futuro que puede estar en la cima de algo  o solo hasta el próximo aniversario de los deseos. Pero eso ya es otra historia. 


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César Manuel Sarmiento - Imagen ©sarmiento-cms

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