viernes, 13 de abril de 2018

NO ABANDONES


Los afectos no se abandonan. Lo que quieres nunca se abandona. Porque no es cierto que te abandonan.
Es posible que tengas un golpe brusco y no los encuentres donde solías. Es posible que se alejen, que se disuelvan, que no se vean como en otros tiempos. Pero siempre estarán ahí, contigo, en la memoria y por dónde vayas. 
Cuando eso ocurra, será complicado. Te confundirás. Pensarás que la vida está quebrada, el alma deshilachada y el horizonte disuelto en tus propias manos. Verás quemado el aliento. Verás el día pero no lo verás. Quedarás expuesto. Pero sabrás que la soledad no es un estado de ánimo. La soledad es una actitud, una contingencia o una elección. Eso depende de ti. El encuentro con uno mismo no siempre es fácil. Es una clave que no todos se animan a seguir.
Pero el pensamiento fluye aunque intentes frenarlo. La vida sigue el ritmo de tus latidos. Todo será complicado. Te confundirás. Pensarás que tienes la vida herida, quebrada. Pero no es cierto. Los afectos están ahí. La memoria del sentimiento te lo recordará siempre. Y te obligará. A ser leal con la historia. A no devaluar lo vivido. A enaltecer el amor. A quererte. Y llevar para siempre esos afectos como bandera. Cada momento, cada camino, cada encuentro y todos los desencuentros son tu libro personal. Ahí está tu identidad. Nunca la podrás cambiar. Solo puedes escribir relatos nuevos, poemas nuevos. No hay otra opción.  
Recoge tu historia, abrázala y levántala. No la abandones. Será tu alimento. Porque todo cambia menos lo vivido, lo aprendido, lo enseñado, lo recibido, lo entregado. Porque todo cambia menos el amor que has tenido y que tienes en alguna parte de ti mismo. A ese amor no lo abandones. Porque él no te abandonará nunca. 
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© César Manuel Sarmiento
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San Telmo, 14 de septiembre de 2017












martes, 10 de abril de 2018

LO QUE SOY



Al cabo de unos años…
O tal vez ahora…
Quizá mejor en este instante.
Deba declarar:
Fui creciendo al calor de sus silencios
Fui aprendiendo en la sonoridad de sus palabras
Fui todo lo que un hombre puede ser
A través de su mirada. 


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© César Manuel Sarmiento
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San Telmo, 15 de septiembre de 2017



Imagen de autor desconocido


jueves, 5 de abril de 2018

VIDAS EN EBULLICIÓN


(Fragmento de una noche)
-- ( … )
-- En estos días quise definirte. Saber en qué parte de mí estabas. No concluí en nada. Solo que me gusta estar con vos aún sin estar. Todo parece tan irreal...
-- Todo es irreal pero es real. Anoche volví a soñar contigo…
-- Parece irreal, pero a la vez te sé tan cerca, tan pendiente de mí… Me gusta esa sensación. Y me hace bien. Siento que puedo emprender cosas.
-- Me alegraría que lo hicieras. Quisiera sentirte descansar sobre mi pecho tras una jornada intensa. Eso quiero.
-- ¡Soñábamos lo mismo! Hoy temprano te escribí diciendo que me imaginaba recostada en tu pecho.
-- Yo me imagino al lado tuyo,  colaborando, tratando de soliviantar el esfuerzo. Te imagino sorprendida de preguntas y descubrimientos. Te imagino solidaria cuando el día nos agobie.
-- Poco antes del amanecer, estaba con mi cabeza sobre tu pecho. Sentía tus latidos. Estaba recostada entre tus piernas y mirábamos la noche. Absortos ante la inmensa luna llena.
-- Anoche pensé que eras una luna clara. Te sentí desnuda sobre mi cuerpo, con las piernas entrelazadas. Y hablábamos. 
-- También sentí que hablábamos. Tal vez lo habíamos hecho toda la noche. No sé… Mirábamos el cielo y hablábamos y te escuchaba. Un sueño sencillo que me hacía sentir abrigada, querida, y me provocaba amarte más y más.
-- Son esos sueños sencillos en los que siempre te imagino y te quiero, te quiero y te imagino. Te imagino y te quiero. 
-- ( … )


Y respiraron con intensidad, en suspiros profundos al mismo tiempo los dos. 

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© César Manuel Sarmiento
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San Telmo, 20 de septiembre de 2017





Imagen: dibujo de Nicol