martes, 28 de febrero de 2023

PALPITAR SIN LATIDOS

Mírame y esquívame.
Ese es el paradigma de estos días
     (sin rumbos ni líneas ni puntos, eternizados de espera)
 
No te acerques y abrázame. 
     (espesa, dulce y cálida expectativa de pandemia)

En esos mandatos, exigentes los primeros y suplicantes los segundos, está la pulsión que me desboca, me deja vigilante, a veces tiritando, estrujándome las manos, apretando el grito que solo se detiene en la cadencia insistente de las párpados, que obran el milagro de verte y no verte.

Bésame, cuando cierro los ojos. 

No me abraces cuando los abro. 

En este borrador de liturgias equivocadas, el impulso es el centro de las emociones y el mandato que lo frena es la fragua, donde se funde el deseo que no cesa, quema, arde, pero no es. 

Nada es eterno. Salvo el amor contenido en esa orden austera y contundente. ¡Mírame!

Se refleja el instinto en tus ojos. Y en la mirada que te abraza, se me va la vida, pero no la esperanza, se me va el amor en clamor, a buscarte en otro tiempo. 

En tiempos de pestes y pandemia, todo es como un beso que no besa, como un palpitar sin latidos.

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Foto: Zachar Rise (@zacharrise) Modelo: Sonya Shehtman (@sonya_shehtman) 

lunes, 27 de febrero de 2023

EN LA EMERGENCIA


Vuelve donde solías, toma tus cosas.
Asegúrate que la cueva mantiene el desorden de siempre.
No te detengas. Pasa de largo estancos y almacenes.
Salta las barreras banales del mundo corriente,
llenas de instrucciones, recomendaciones, sugerencias y obligaciones.
 
Vuelve donde solías. Sigue el camino de entonces.
Busca en los recodos algún mensaje, un trozo de señal, alguna pista.
Recupera. No te distraigas. Recupera lo que fuiste soltando.
Cosas que fuiste dejando cuando la llamabas a gritos o en silencio.
Cuando escribir algo, era darle forma al deseo.
Seguro que algo encontrarás.
Por más desesperadas que sean las horas y las corridas en la ciudad.
Por más que los atropellos destruyan todo al pasar.
Seguro que algo encontrarás.
 
Vuelve donde solías y recógete.
Hay inminencia de muerte por las calles.
Se respira tragedia y desesperación.
Se siente el jadear en la respiración de unas gentes
que temen perderlo todo, sin reparar que ellos mismos se perdieron hace tiempo.
 
Vuelve donde solías y no te detengas.
Pero antes asegúrate de cargar en la mochila,
algunas palabras sin las cuales no puedes sobrevivir.
Carga también
lo que ha quedado de los mensajes del camino,
lo que has encontrado, recuperado y recogido.
 
Carga hasta los silencios y no olvides las miradas.
No te olvides del recuerdo cuando ríe.
No te olvides de ella aunque no ría.
No te olvides de ti cuando te mira.
No te olvides de ti cuando la miras.
No te olvides de escribir. Y suma algunos verbos más.
No te olvides de sus fotos para colgar en la ventana.
 
Carga la mochila con ruidos si hace falta.
Algunas ropas y dos botellas de vino para algún anochecer.
Un trozo grande de amor y una bolsa de besos para desayunar.
¡Échale valor! Al hierro de la incertidumbre míralo fundir.
 
Abrázate al impulso que te lleva.
Consigue ternura para el amanecer.
La vas a necesitar. Tendrás que dársela,
si se presente una mañana para decir:
¡Abrázame! Yo también quiero estar aquí.
 
Ahí sabrás que no estás sobreviviendo
Y te han llamado a vivir.
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Foto: tomada de la Red atribuida al fotógrafo Lok Hong (@lok_hong)

lunes, 20 de febrero de 2023

AQUÍ DENTRO

               Aquí cerca…

y qué tan cerca.

En el tiempo y en el verbo

En la vida y en los días

Allá lejos y aquí cerca

Allá dónde y aquí cerca

Aquí dentro, muy dentro


Soliloquio. Diálogos contigo. Ausente.
Presencia cierta, profunda, verdadera. En el alma.
Versos que se escuchan por aquí, por allá. En algún otro lugar.
Versos que responden a lo que dicen

 

Si escuchas por ahí que te quiero, diles que no es cierto.

No les creas. No es verdad. Porque no es un solo “te quiero”.

No sé cuánto más. No sé hasta dónde y desde cuándo crece y crece.

Este amor que me obliga a contarlo por las calles. Hablando al universo.

Hablando. Contando. Cantando. Creciendo. Viviendo.

 

Eres la hembra más hermosa de toda la existencia.

Eres la mujer más entera y más auténtica que cualquiera se pueda imaginar.

En los silencios, este amor se vuelve sustento.

A veces pareciera que desvarío. Uno frases, párrafos y comento cosas que parecen inconexas. Pero no es cierto. Hay un relato interior dentro de la casa, en la vereda, en la calle, dentro de mí, en la hamaca, en la sábana en que me acuesto, en el vaso donde debiera beber y el beso que imagino mientas te bebo. Hay un discurso conmigo, una pequeña historia que me está acompañando. Y solo algunos párrafos se desbordan, salen de cauce, se me escapan y quedan expuestos. Pedazos de un relato profundo.  

En este tiempo de solo silencio, de voluntades aisladas, de verdades dispersas, de futuro en litigio, de realidades convertidas en preguntas, este amor penetrante me trasciende, perfora el espacio y se queda atrapado en la palabra.

En este tiempo difuso, quizás ausente, donde a veces se vive y no se vive, mientras espero y no espero, mientras busco y no busco,  este amor siempre regresa, renace, me abraza y se queda como una lumbre junto a mí. 

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Imagen de autor anónimo tomada de la red

viernes, 17 de febrero de 2023

CRECIENTE

A veces
La intensidad de lo posible
La fuerza de lo quimérico
El deseo de permanencia
La arrolladora tempestad de planes y proyectos

La ansiedad por lo inminente, la inmersión, la caladura, la travesía, el desguace de los tiempos vencidos, el ardor de las almas inquietas, el brillo de los cuerpos, el impulso.

La emoción por el tacto que se avecina, el contacto, el calor latente, la fusión, fundición, el deseo refractario, el crisol, fundante de amor y vida.

La integridad del cuerpo que resiste, se resiente, recompone y se desboca al unísono, el lastre dormido que conspira, la furia que se impone, la boca abierta, el final sereno.

La indolencia ante el peligro posible, real, imaginario, presente, ausente, denso y excitante, banal y profundo, propio y ajeno, adentro y afuera.
 
A veces
Los peligros son maltratados, envilecidos, sojuzgados, derrotados.
La intensidad de lo posible tiene más fuerza que la fuerza.
Lo que no debía ser, lo que no iba a suceder, existió.
 
A veces
La realidad es eso que reconoces como verdad.
 
A veces
La potencia de lo que surge desde el fondo de los fondos.
El impulso profundo nacido por el impacto de los amantes
Que se sostiene en el tiempo y en el espacio por el deseo inconmensurable
Tiene más eternidad, realidad y vida
Que todo lo creado.
Que todo el universo que hubiera estado antes allí.
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Imagen: máscara de autor desconocido, tomada de la Red. 

martes, 14 de febrero de 2023

AMAR DE AMARTE

Tengo ganas de abrazarte y abrazarme

Tengo ganas de construir y reconstruirme

Tengo ganas de cantar y de cantarte.

Tengo ganas de contarte una historia, mi historia.

Tengo ganas de contarte los lunares

Quiero tu espalda. Para soñar y soñarte.

Quiero tu vientre. Para ovillar, ovillarme, ovillarnos.

Quiero escucharte. Escucharnos.

Tengo ganas de agitarme. Que te agites. Agitarnos.

Quiero respirarte. Que me respires. Respirarnos.

Quiero olfatearte. Olerte. Quiero tragarte.

Quiero que me muerdas. Quiero comerte.

Quiero besar, besarte, besarnos.

Quiero amar del verbo “Amarte”. Amarnos.

Quiero tu sexo jugando con mis manos. Juguemos.

Quiero  jugar, conjugar, copular. ¡Conjúgame!

Quiero apretarte. ¡Apriétame!

Bésame.  ¡Víveme!  Mátame. Y  volvamos a vivir.

Quiero que me hables, me grites, me susurres.

Te quiero. De querer,  quererte, querernos.

Quiero tus sonidos, tu música, tu armonía.

Te entrego mi ritmo, mi cadencia, mi silencio.

Te regalo el repique de mis dedos en tu cuerpo.

Te doy un beso. Recibo un suspiro.

Te doy suspiros. Recibo besos.

Te beso. Me besas. Nos besamos.

Te amo tanto. Tal vez te ahogo.

Me amas. Y me muero contigo

Soy feliz. La vida no espera.

No quiero esperar, esperarte, esperarnos.

Soy feliz. Por vos. Por mí.

Nosotros. 

Soy feliz.  Por la vida. Tu vida. Mi vida.

Nosotros.

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Foto: Lukecraft (@luke_craft_photography) Modelo: Leesh (@leeshxion)

jueves, 9 de febrero de 2023

EN EL PURO CIELO

Un día me miró.
El suelo se sacudió y presentí.
Sentí que el mundo se despedía de mí.
Quizá también yo… No sé.
Lo abandonaba para siempre o se despedía de mí.
 
Lentamente
Eso que llamamos mundo
Se esfumó debajo de mis pies.
No quedó rastros de él.
Lo vi partir como un globo
Y alejarse despacio en un vuelo suave, como si flotara.
Como un arca que se despide en silencio.
 
Ese día, en el dorso interior del aquel instante
El aire se percibía tenso. El espacio y mi cuerpo fueron 
Desde la curiosa exaltación hasta el miedo a lo desconocido.
Todo estaba en suspensión en el viento suave de voces
Que dejaban una bienvenida, una celebración y apenas algo más. 
 
Me quedé 
Absorto
Mirando cómo me miró. Como solo ella mira.
Porque en su mirada hay… No sé lo que hay.
Tal vez el infinito, tal vez el aquí dentro.
Solo sé que esa mirada convierte lo banal en otra cosa.
Le da vida y sentido. Todo trasciende.
Lo efímero y fugaz se vuelve sólido y eterno.
 
En ese mundo de oníricas percepciones
Hubo una sola realidad que impactó y todo se detuvo.
Fue el punto donde se cruzaron las miradas.
Todo lo que sentí fue aventurero y profundo.
 
Desde entonces estoy o quizá no estoy
Instalado, suspendido, en una galaxia o en el puro cielo.
 
Ese lugar que siempre creí que nunca iba a alcanzar.
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Imagen de autor desconocido, tomada de la Red

martes, 7 de febrero de 2023

UN ESCRITOR

Para ser un escritor

Hay que saber bajar a los infiernos.

Hay que saber subir a la vida

Hay que saber caminar en los lugares donde se vuela

Y volar en los lugares donde se camina. 


Ahí estaba la encrucijada para amarla. Esa era la clave de su poesía. Ese era el estado natural de las cosas. Ese era el verbo que debía conjugar si quería estar a su lado. Eso era todo lo que necesitaba saber. Para escribir, ser poeta y amarla al mismo tiempo.
 
En cinco breves líneas, ella me enseñó a describir el único camino posible si quiero conseguir lo que quiero.
 
Para escribir, ser poeta y amarla al mismo tiempo, debes ser altanero contigo todo el tiempo. No hay tregua en lo sencillo ni en la quimera. Hay un solo camino que se impone. Mantenerse despierto, con los ojos bien abiertos, el pensamiento tenso, los sentidos en alerta, la sensibilidad ajustada como un diapasón.
 
El tiempo entre el amanecer y la noche puede ser un instante o medirse como un siglo. Puede traducirse en alimento o en el peor de los desiertos. Puede ser albahaca, orégano y romero. Puede ser silicio, cal y carbonatos. Entre el día y la noche o viceversa, solo hay vida que se prende y que se apaga. Nada es puntual, todo es trascendente. Hasta el gesto más frugal, nos recrea en la memoria. La banalidad es lo único que no deja rastros, aunque queme en el instante. 
 
Un día no es solo un día. Si quieres escribir, ser poeta y amarla al mismo tiempo, entonces debes saberlo. No hay tiempo, no hay treguas, no hay fugas. Solo así, entonces, escribes.
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Foto: El Jinete Imaginario 

viernes, 3 de febrero de 2023

ESE MAR

Eterno comienzo.
Retiro, retroceso y de nuevo empezar. Así cada día.    

El mar llega hasta la orilla con la parsimonia de un elefante y sacude la  playa con la fuerza de un rinoceronte.

El mar y su perseverante constancia de sacudirlo todo, de revolverse a sí mismo, de retorcer sus propias entrañas y lanzarse sobre la orilla hasta aplastarla sin piedad.

La ola apenas es el extremo impulso de ese cuerpo mastodóntico. Es igual que un par de manos con los dedos abiertos en su máxima amplitud. Es un puño que lentamente se desprende, extiende sus falanges y atrapa todo lo que puede sobre la orilla y un poco más allá.

En su regreso, tras la avalancha de energía envolvente, vuelve a sus entrañas con la dulzura de una caricia que va repartiendo sobre la playa.

Mientras escribo, la siento sigilosa a mi costado. Percibo su tierna solidaridad. Silenciosa siempre con simples y breves estallidos de vez en vez. Ella es como ese mar.  

Es una ola que cuando rompe en la orilla, avanza y retrocede, sacude y se lleva todo, limpia y despeja la playa, golpea y humedece la arena seca. Vuelve hacia adentro. Se recoge, crece y regresa en una cresta. Se pelea con el viento, reparte rocío en el ambiente y anuncia su poderosa presencia. Nunca sabes qué dejará cuando vuelva en retroceso y se pierda otra vez en la profundidad, solo para tomar fuerza y volver otra vez.

Todas las horas que escribo, ella es como ese mar que todo lo puede. En cada avalancha de palabras, ella es esa ola que revuelve, ordena y les da otra identidad. Mis historias duran el tiempo que se tome esa ola en estallar. Parecen que tienen final pero es solo un descanso para volver a empezar. Ella es esa ola y ese mar. Y lo que escribo son eslabones de algo que siempre vuelve distinto, diferente, a empezar.

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Imagen: Dokar Medina Camaño (@dokar_mc_fotografo). Modelo: Luz (@luz_arte_vivo)

miércoles, 1 de febrero de 2023

DÓNDE ESTÁ LA POESÍA

¿Y si la poesía estuviera hecha solo de silencios?
O de palabras lanzadas al espacio
O de miradas inquietas que no encuentran destino
O de voces que no alcanzan a expresarse.
¿Y si la poesía fuera solo el intento de algo?
 
Al amanecer
Apenas subió el sol a tu horizonte,
cuando las sombras prefiguraban tu cuerpo generoso,
cuando la luz volvió doradas algunas líneas de tu cara,
cuando el día me pidió testimonio de tu belleza,
cuando preguntó y exigió,
solo atiné a mirarlo sin decir palabra.
 
Absorto y estremecido, solo señalé con un gesto
que la poesía estaba adormecida en su boca
que había jugado toda la noche con ella
y ahora estaba extendida sobre sus párpados
esperándola
esperando que despertara
para besarla otra vez.

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Imagen: El Jinete Imaginario (Amanecer. Santa Rosa, La Pampa)