lunes, 26 de noviembre de 2018

¡ VUELVE AL CAMINO… !


La imaginación se enamoró de tu camino.
Y te lo robó
No llores el camino no caminado.
¡Quítaselo a la imaginación!
Vuelve al camino.
Empieza a caminar.
Y si no hay camino, fabrícate uno solo para caminar.
Ya habrá caminantes.
Vendrán los que te van a acompañar.

Ese camino que no has caminado ha dejado tantas huellas como todo lo caminado.

Esos caminos que no se liberan de tu imaginación,
han marcado tantos rumbos, que se extraviaron los horizontes.
Se perdió el horizonte. El horizonte te perdió a ti. Vos perdiste el horizonte.
Solo quedaron esas imágenes de mujer que te hicieron pensar que todo es posible.
Ella te seguirá así como la ausencia.
Yo seré eso que ahora no pudo ser.
Todo amor tiene un legado. Una yerra. Un después y para siempre.

La imaginación se enamoró del camino
Y te cegó

No llorarás el camino.
No te pesará lo no caminado.
No mirarás lo no recorrido.
Si insistes en mirar hacia atrás,
solo verás lo que la ilusión y tu imaginación te dejaron construir,
dejaste a medio construir, quisiste construir. Y lo que no fue.

No las maldigas por tu falta de decisión, por la ausencia de temple.
Recupera ese espíritu y vuelve.
¡Al camino… ¡  ¡Vuelve al camino!
Porque hacen falta caminantes
Y hay mucho camino por construir.

***




Imagen:  Martin Munkacsi (Hungarian American, 1896-1963): Three Boys at Lake Tanganyika, 1931

jueves, 8 de noviembre de 2018

ALGO ESTÁ PASANDO Y NO ME LO QUIERO PERDER


Este ha sido el lema y motor principal en casi toda la vida que llevo recorrida. Y seguirá siendo el mismo seguramente hasta el final. Nada tiene más adrenalina que  los hechos del pensamiento que se cuecen en los huecos de la sociedad, en los espacio abiertos y cerrados, claros y oscuros de la una ciudad, un pueblo o una pequeña villa. Todo lo que ocurre en la vida de las gentes, es casi una droga a la que no me he podido sustraer.
Hoy es común en las redes que la gente viva pendiente de lo que hacen los otros. Pero eso es voyerismo, entusiasmo por fisgonear, ser espectador del deseo irracional de los otros por mostrar sus aspectos más íntimos. A mí lo que me moviliza no es eso. No es ver un culo o una instancia miserable en la vida de un ser humano. La sociedad, el conjunto de humanos que se mueve por diversas partes del mundo, producen cosas, hechos, acciones, vida y pensamiento. Eso es lo que me atrae y no me lo quiero perder.
Escribirlo,  describirlo, contarlo, fotografiarlo, dibujarlo y comentarlo con otros igualmente interesados como yo, es el placer real que me ha movilizado en todos los años. Tengo miles de papeles,  papelitos, fotos, dibujos, recortes, grabaciones y no sé cuántas cosas más de las cosas que le ha ocurrido a la gente de mi ciudad, de mi país y de otros sitios donde he vivido. Puedo decir que colecciono acontecimientos humanos. Tanto sea de los buenos acontecimientos como de los malos. Los recojo, los registro, los pienso, los analizo, los clasifico y los guardo. A veces ocurre que me olvido de ciertas cosas y… ¡de pronto…! Me encuentro con algunos de esos registros. Es sorprendente volver a observar eso que pasó, las cosas que se dijeron, los debates que se generaron y las ideas que surgieron.
Una de las cosas más emocionantes, es ver el crecimiento del pensamiento humano. Porque aunque parezca que no crece, que se queda estanco o retrocede, en realidad no es cierto. Desafío a cualquier a que vaya a una hemeroteca y busque en los archivos historias de la sociedad de hace 50 o 100 años atrás. Entonces verá los cambios abismales que han ocurrido. Lo que no ha cambiado es la condición humana. Pero ese debate es una historia más larga, empezando por definir qué es la condición humana.
Solo quiero decir  ahora que haber adoptado ese lema ha sido la decisión más importante de mi vida. La tomé siendo muy chico, a los once o doce años. Punto de referencia que indica que para tomar las grandes decisiones no hace falta ser un erudito sino tener una inquietud, ser consecuente con ella, ponerle ilusión,  entusiasmo y no importarte cuantos pasos has retrocedido hoy sino cuantos vas a avanzar mañana.
Ser bolichero de viernes y sábado a tiempo completo, vivir haciendo pose de galán extraviado y haciendo gala de experto bebedor de cerveza,  me habría dado más éxito con las mujeres. Ser un individuo formal, bien trajeado, disciplinado en los horarios y en las normas sociales, me habría dado más éxito en el mundo profesional económico. Pero no es e so lo mío. A mí me fascina estar atento a LO QUE ESTÁ PASANDO EN EL MUNDO. Porque no hay nada que me movilice más, que estar con los ojos y la nariz metidos en ese agujero donde algo está pasando. Por eso también, he pensado algunas veces que mi lema podría ser “PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO SUBIR”, al revés que el famoso pedido de Mafalda. Aunque para mí, el lema más apropiado quizá sea “DEJENME VER EL MUNDO QUE LO QUIERO ESCRIBIR”. 

***




Foto: Willy Ronis

martes, 6 de noviembre de 2018

POR QUÉ


La pregunta más breve, más aguda, más precisa, más certera, más profunda  que casi nunca tiene respuesta.

Por qué
El enigma de todos los enigmas, la curiosidad permanente, el reclamo preciso, la causa justa de la pregunta, el interés genuino.

Por qué
El fundamento, el impulso, la aceleración y el freno de todos los avances y retrocesos de la humanidad y sus circunstancias.

Por qué
Dos palabras que recortan el inicio, la indagación,  la identidad, la búsqueda consciente, inconsciente, de todos los miedos, todas las certezas, todos los caminos.

Por qué
El futuro no tiene pasado y el pasado no tiene futuro. O al revés.

Por qué
La mujer, el hombre, toda la humanidad
Por qué la vida.

***
  


Imagen:  Ciudad de Nueva York, Museo Metropolitano ,1975 - Josef Koudelka



viernes, 2 de noviembre de 2018

LABERINTO


LABERINTO
A veces nos perdemos en nuestro laberinto.
Y otras veces vamos a perdernos en el laberinto de otro. 
La cuestión es que siempre salimos o llegamos presurosos en busca de la alegría.
Nos fabricamos un mundo de colores para mitigar el esfuerzo de escaleras, curvas y pendientes.
Así hasta perdernos en el laberinto de ese valor extraño llamado felicidad
Hoy es un día gris con filetes brillantes, acerados, en algún lugar de nuestro entusiasmo.
Está nublado y la llovizna de tanto en tanto, pone el tono melancólico aunque no triste.
El color del día es hondo y abovedado. Es luminosamente gris
Muchos hombres y mujeres han salido apresurados en busca de no se sabe qué, con la excusa de ir a trabajar, cumplir obligaciones de burocracia o satisfacer sentimientos banales.
Solo algunos han salido dispuestos a enfrentar el día. Porque para vivir, hay que estar decidido a doblegar al día, en su absurda obsesión por torcer las voluntades.
Los días urbanos no son igual a otros días. Lo natural aquí  son las normas, las reglas, la burocracia y la descendente moral que justifica su caída en nombre de la convivencia.
Pero en algún lugar de estos laberintos mundanos, humanos, urbanos,  hay almas inquietas, viajeras, festivas, inquisidoras del mal, curiosas de los afectos,  valientes en  las preguntas, dispuestas a las respuestas, deliciosas en la ternura, rebeldes por naturaleza, igual que la vida misma, antes que fuera burocráticamente urbana.
Hoy salgo apresurado igual que vos, ella y todos los anónimos con los que comparto mi realidad natural o virtual o paralela o retorcida.
Salgo apresurado a enfrentar el día  sin saber en qué laberinto voy a terminar. Tal vez sea el mío. Quisiera que fuera en el de ella.  Al final del día, solo quiero estar en su laberinto y perderme con ella.
Eso sí  es la vida. Natural, festiva, auténtica y generosa.

*** 





Imagen de autor desconocido. Se agradece la información