jueves, 25 de febrero de 2021

MAGIA

(posibles definiciones) 

-*- Dícese de la capacidad de  asombro.

-*- Capacidad extrema de hacer  posible lo imposible por métodos inefables.

-*- Estado de vigilia, profundidad de pensamiento y traducción simultánea de sensaciones.

-*- Impulsos incontrolados del  cuerpo  por hechos extraordinarios.

-*- Música que suena en el interior de las personas afectadas por la sorpresa.

-*- Dobladillo de la razón donde se esconden la lógica y sus leyes.

-*- Evento  de la realidad que solo se explica por métodos sensibles.

-*- Inducción. Invitación. Propuesta. Convocatoria a la rebelión del cuerpo contra la razón.

-*- Abrazo inesperado de la imaginación en períodos de rutina. 

-*- Situación extrema, puntual y de gran impacto, ante la creencia de conocer la felicidad en los próximos minutos. 

-*- Estado de conmoción de una persona luego de ser atravesada por un evento que vulgarmente se conoce con la palabra “amor”.

-*- Momento crítico de una persona al percibir emociones contradictorias,  que reconoce como placenteras y no se las puede explicar.

-*- Eclipse personal, único, interior e intransferible ante un hecho inesperado.

-*- Estado emocional que no se puede explicar por el  método tradicional del pensamiento fungible. 

-*- Situación de plenitud que no se  quiere perder ni abandonar,  provocada por “vaya uno a saber por qué o por quién”.

-*- Agregue a continuación sus propias sensaciones, observaciones y consecuencias.




domingo, 21 de febrero de 2021

CAMINO DE CAMINAR.CAMINO DE CAMINANTE.

 

El camino es complementario de la duda y la esperanza. A veces parece que las tres cosas van engarzadas en el mismo pensamiento. Parece que no se puede caminar sin dudar. Y al mismo tiempo mantener incólume la esperanza irracional, que alberga una alegría que no conocemos ni nos podemos explicar. 

Pero siempre que hay camino, también hay duda y hay esperanza. Todo forma parte de la misma emoción que se lleva en los músculos y se reflejan en los temblores – si los hay – de cada paso. 

El camino encierra una expectativa cargada de luces y de sombras que se traducen  en un suelo de lunares fusiformes o achatados y extendidos, que miramos con afecto en cada paso. 

Todo camino tiene un ritmo interior que no siempre se expresa en el andar. Pero en esos caminos también hay entornos que impactan de diversas formas. A veces en los ojos, a veces en el alma, a veces en el asombro que no entra en ningún lado y a veces solo se quedan en las manos que sostienen la expresión del caminante. 

El camino nos lleva siempre a alguna parte. A veces, a lugares que no elegimos. Otras veces, concluye en el objetivo supuesto. Otras veces nos deja en la nada, de un horizonte que no podemos comprender. 

Pero el camino siempre nos obliga. Y nos detesta cuando no caminamos. Nos odia cuando no aceptamos sus propuestas. Nos interpela de mil maneras, para que dejemos a un costado los miedos, no subamos a la duda de lo inesperado y tengamos el valor de pensar, imaginar y sostener.

El camino es el diálogo supuesto de referencias inimaginables. Porque el camino nos habla, nos dice, nos propone, nos pregunta. El camino es el habla permanente. A veces serena, a veces a los gritos.

Pero siempre que caminamos, creamos un discurso que lentamente nos va cambiando. Nos hacemos diferentes en la travesía. Aunque más no sea,  para resistir los embates de lo que no es nuestro, nos es extraño,  y para sostener  con firmeza renovada, la idea central que nos define, nos explica ante sí mismo y nos identifica en nuestro paso por el mundo.  Historia, ancestros y disputas mediantes.




Foto: El Jinete Imaginario / Sarmiento - cms

sábado, 20 de febrero de 2021

QUE NO TE ROBEN LAS ILUSIONES

 

Que nada ni nadie, suceso o acontecimiento personal o colectivo, te llene de desilusión. Es el peor virus de la condición humana.

Rearma tus defensas. Recupera  el entusiasmo. Revisa el objetivo. Despeja el camino  de pensamientos anodinos. Libérate de las ausencias, de los que no están o no quieren estar, de los necios, de los que se evaden, de los que abandonan, o viven en la queja y el lamento.

Vuelve. Lucha. Sigue.  Y nunca des nada por perdido. Ni siquiera lo que te han dicho que has perdido.


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jueves, 18 de febrero de 2021

LOS ENTORNOS INVISIBLES

 

Gente diversa, similar y  parecida pero distinta. Muchas de ellas se buscan. Algunas con miedos, otras con decisión. Otras con la convicción de encontrar otro universo en esos desconocidos.

Hay gente que se siente protegida cuando se junta con otros que tienen tantos miedos como ellos. Hay quienes buscan afanosamente gente como ellos, que tenga los mismos miedos. Se sienten tan similares que experimentan una sensación protectora. Comparten dudas y temores. Especulan con volverse como las rocas al unir tantos miedos similares, tantos temores.

A esa unión de temores y necesidades, en esa simbiosis de amparo en el desamparo, a esos cuidados generosos para protegerse mutuamente, le suelen llamar amor. Dicen y se dicen “quererse”. Y tal vez sea justo que lo llamen de ese modo. Porque en el miedo, también se crean afectos genuinos.

Hay otra gente que también tiene sus miedos. Tal vez tantos como los otros. Quizá muchos más. Los lleva en alguna parte y no espera compartirlos. Los va largando por el camino. En sus diarios recorridos va largando miedos y adquiriendo otros nuevos. Son los que eligen la intemperie y la soledad de sus miedos, temores y prevenciones. Son los que eligen la orfandad ante sí mismo, ante la duda y no buscan protección en las respuestas.

Son gente igual o parecida a la otra gente que en la sutil diferencia de estilos, va armando vida de profundidades diversas. Porque los miedos, cuando permanecen en el tiempo – aún cuando se esté protegido por otros con los mismos miedos – dejan heridas. A veces para siempre, abiertas y sin solución.

Pero la orfandad ante sí mismo, solo deja cicatrices que va curando el agua de lluvia cuando se está a la intemperie y el sol de los días cálidos. Cuando el propio sudor de los desafíos van dejando sus huellas en el cuerpo.

Hay quienes viven esperando una segunda oportunidad. Otra más que les permita tomar la decisión que antes no tomaron. Pero la vida no da segundas oportunidades. Solo hay una. Y las que siguen se pueden parecer pero nunca serán iguales.

Porque no es la vida la que da las oportunidades.  Es la ambición personal, la confianza en uno mismo, la perseverancia en el ideal de crecer, de ser mejor. Eso es lo que nos impulsa a volver siempre al camino. La vida no nos da nada que no seamos capaces de construir, buscar, encontrar e imaginar.

¡Seamos audaces! Esa es la consigna y no resignemos nada de lo que se nos cruce por la cabeza.

Es preferible el dolor de una derrota momentánea, a la frustración y la angustia eterna de saber que nunca se intentó.

Es reconocible una persona en la derrota o el retroceso. Pero es completamente desfigurada su imagen y presencia cuando no se ha sido leal consigo mismo. Por más que se haya intentado proteger al calor de otros con sus mismos miedos, temores y vacilaciones.

En estos menesteres de entornos invisibles, la vida es implacable.















Foto de  Prabha Jayesh (en instagram @prabhajayesh )

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