En mi
imaginación, tú eres TODO.
En mi
realidad… ¡ERES EL INFINITO!
En los días…
Eres el horizonte
Donde se
quiebran las tormentas.
En las noches eres el paraíso, el infierno,
el abismo y la tierra.
Todo el tiempo.
Eres la rebelión y el miedo, el desafío y la
aventura.
Eres el horizonte donde se yergue el
relámpago,
Donde se descompone la luz. Se origina la
luz.
Eres más que un horizonte.
Eres la vida donde crece la vida.
Pienso. Siento. Tiemblo.
Mientras te miro extendida sobre la cama,
Con tu pecho erguido, desplegado en
contraluz
Con las sombras enredadas entre tus piernas
Y sonriente como un faro,
Pienso en los días y las horas. En el
instante.
De este amor intenso, eterno, vivido,
crepitado.
Que se va disolviendo como el humo
Provocado por un fuego. El fuego
Que solo tú y yo podemos encender…
Apagar… Encender… Y volver a vivir
Cada vez que nos cruzamos.
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© César Manuel
Sarmiento
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San Telmo, 20 de
septiembre de 2017
Imagen de autor desconocido. Se agradece información para consignarla
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