y qué tan
cerca.
En el tiempo
y en el verbo
En la vida y
en los días
Allá lejos y
aquí cerca
Allá dónde y
aquí cerca
Aquí dentro,
muy dentro
Presencia cierta, profunda, verdadera. En el alma.
Versos que se escuchan por aquí, por allá. En algún otro lugar.
Versos que responden a lo que dicen
Si escuchas
por ahí que te quiero, diles que no es cierto.
No les creas.
No es verdad. Porque no es un solo “te quiero”.
No sé cuánto
más. No sé hasta dónde y desde cuándo crece y crece.
Este amor que
me obliga a contarlo por las calles. Hablando al universo.
Hablando.
Contando. Cantando. Creciendo. Viviendo.
Eres la
hembra más hermosa de toda la existencia.
Eres la mujer más entera y más auténtica que cualquiera se pueda imaginar.
En los silencios, este
amor se vuelve sustento.
A veces pareciera que desvarío. Uno frases, párrafos y comento cosas que parecen inconexas. Pero no es cierto. Hay un relato interior dentro de la casa, en la vereda, en la calle, dentro de mí, en la hamaca, en la sábana en que me acuesto, en el vaso donde debiera beber y el beso que imagino mientas te bebo. Hay un discurso conmigo, una pequeña historia que me está acompañando. Y solo algunos párrafos se desbordan, salen de cauce, se me escapan y quedan expuestos. Pedazos de un relato profundo.
En este tiempo de solo silencio, de voluntades aisladas, de verdades dispersas, de futuro en litigio, de realidades convertidas en preguntas, este amor penetrante me trasciende, perfora el espacio y se queda atrapado en la palabra.
En este tiempo difuso,
quizás ausente, donde a veces se vive y no se vive, mientras espero y no
espero, mientras busco y no busco, este
amor siempre regresa, renace, me abraza y se queda como una lumbre junto a
mí.
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