Cobijados bajo la
misma ternura
Dialogaban…
Y la lluvia ponía
música de repiques y chasquidos.
Al silencio de
fondo que arrasaba la habitación.
Los días fríos de
este lluvioso otoño porteño pueden ser
los más cálidos de tu vida, si tienes la oportunidad de elegir el abrazo que te
corresponde y has sabido encontrar. El amor no es un don. Es una virtud que se
puede conseguir. No es un acertijo ni un azar. Es una posibilidad y
probabilidad del sentimiento que se puede construir. En los silencios de los
fríos días de otoño tal vez se den todas las condiciones para que eso sea
posible.
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