La imaginación
también hace al momento. O el momento dispara la imaginación. A veces ella sola
lo explica todo por sí misma. Otras veces justifica lo que no se ve. Pero
siempre nos viste como de fiesta. Porque la imaginación es como un faro
invisible que ilumina las horas anodinas. Horas que parecen que se pierden pero
que en el último momento se salvan. La causa y culpabilidad es solo de la
imaginación. Que no respeta nada ni a nadie y siempre se impone como faro
inefable difícil de entender. Pero ahí está.
Foto de Fred Herzog
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