Que nada ni nadie, suceso o acontecimiento personal o colectivo, te llene de desilusión. Es el peor virus de la condición humana.
Rearma tus defensas. Recupera el entusiasmo. Revisa el objetivo. Despeja el
camino de pensamientos anodinos.
Libérate de las ausencias, de los que no están o no quieren estar, de los
necios, de los que se evaden, de los que abandonan, o viven en la queja y el
lamento.
Vuelve. Lucha. Sigue. Y nunca des nada por perdido. Ni siquiera lo
que te han dicho que has perdido.
......
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