jueves, 21 de marzo de 2019

OCURRENCIAS… PEDAZOS DE POEMAS


Todos los días borroneando. Escribiendo cosas por acá  y por allá, en la casa, en el escritorio, en el autobús, en la calle, en el mercado, en el café o cualquier otro lugar. Cuántas veces hubo que detener la marcha en una esquina, solo para anotar lo que se acaba de ocurrir. Anotar para que no se pierdan las palabras, para que no se mezclen las frases en la memoria, para que el verbo se quede quieto, ahí donde el pensamiento lo ha puesto. Y si no se puede anotar, entonces ya se sabe: repitiendo y repitiendo mentalmente las frases o versos hasta que se grabe. Como un loco, pero caminando con cara de cuerdo.  
Al  final, quizá no sean más que un par de frases que solo prometen que habrá más. Pero la frase tiene cuerpo y entidad, entonces  podría ser un poema de verdad. O tal vez no. O tal vez sí. Y en eso transcurren los días sucesivos y sus viajes. En el  tiempo, se van acumulando una gran cantidad de ocurrencias o de "pedazos de poemas". Ese es el mejor nombre que pueden tener estas frases. Quizá por eso,  nunca desaparecen.
Eso es lo que son esos textos breves, esas frases, esas palabras que parecen que no dicen mucho, que se presentan como metáforas de buena sonoridad o frases que impactan. Todos esos trozos de poemas o relatos, en realidad son porciones de realidad,  de pensamientos, ocurrencias,  urgencias por declarar algo, precipitaciones e incontinencias que se sirven como tazas de café. Son raciones de “Entusiasmo por Contar”, “Trozos de Vida” que se ven, que se muestran, pero que en verdad, son la punta de algo con mucha profundidad. Pueden imaginar el resto, con absoluta libertad. Pero  es  importante que sepan cómo empieza este juego de imaginar. Antes hubo que escribir y antes de antes hubo algo que encendió una chispa que dio lugar a una frase, que se extendió en otras frases  y después en otras frases. Armando una enredadera de historias o un bosque de árboles complejos cargados de palabras seductoras, atractivas, impactantes. En todo ese proceso hay vida, mucha vida. Y hay algunos dispuestos a contarla  porque hay muchos otros dispuestos a escuchar.
©César Manuel Sarmiento            
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Imagen: Obra de Quint Buchholz

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