“Allí, con firme juicio gobierna
con acierto el padre, marido y señor. Colmándolo de prosperidad como guardián,
guía o juez”.
Estas dos frases resumen con
precisión la moral en la familia burguesa.
Concentran la explicación de
porqué millones de hombres han sido condenados a un liderazgo árido, vacío y castraste de sus
posibles talentos.
Al mismo tiempo que es la
definición exacta de la esclavitud a la que ha sido sometida la mujer dentro de
esa institución llamada “matrimonio”.
Las dos frases son la causa y
explicación de porqué se han truncado tantas vidas en el aspecto más distintivo
de la condición humana: la imaginación, la capacidad creadora y transformadora.
Estas dos frases son las columnas de la estructura de un edificio
en donde en apariencia se cuida, se
protege y se ofrece seguridad. Pero en ese universo distorsionado por
los desvarías de la razón, a esa estructura se le llama
felicidad.
Hoy, todos sabemos que no lo es.
***
Foto: Robert Doisneau. 13 de octubre de 1988
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