jueves, 6 de junio de 2019

LA VIDA ES SOLO UN ANÓNIMO DE LA HUMANIDAD


La vida es vida, solo por el esfuerzo generoso de unas fuerzas y entusiasmos que encerramos en la palabra biología. Pero nunca vemos esos esmerados fervores por crecer, cambiar, mutar, convertir, transformar, desechar, construir.
Todo ocurre y no tenemos registro. Porque no hay mirada para los hechos sutiles, silenciosos y anónimos.
La vida es vida a pesar nuestro. Por alguna causa que se explicará alguna vez, no perecemos en ese movimiento constante, persistente y caótico del que no tenemos registro. En el día común, no hay quien quiera registrar. Tampoco hay preguntas. Y cuando no hay respuestas, entonces hay silencio mendaz. Suponer que nada sucede, mientras algo se disuelve bajo nuestros pies.
La vida no tiene nombre. Solo una substancia extensa, bravía, indomable, inabarcable, infinita. La vida será todo lo que sepamos ver. Todo lo demás, también será vida. Pero nosotros no la conoceremos jamás. Sabemos de otros espacios, otros ritmos, otras líneas que conducen hasta quien sabe qué. Pero el  miedo es ciego. Y no nos deja ver. Pero la conciencia es perversa. Y de a ratos nos corre el telón. A veces abre una ventana. Luego la cierra. A veces abre otra. Luego la cierra. Pero el miedo es sordo. Y no nos deja escuchar.
La vida no tiene traducción. Nada se puede traducir. Nunca se puede traducir, algo que ahora mismo ha dejado de ser lo que hace un instante era. Y antes fue otra cosa. Y después será otra distinta, parecida u opuesta.
La vida es eso que los filósofos estudian, analizan, definen y vuelven a estudiar. Hay filósofos que han ido a la luna alguna vez. Y han regresado sin ninguna explicación. Otros agudizaron su ingenio en la observación de los bajo fondos. Solo encontraron restos de lo que alguna vez fue.
La vida es un conjunto de cosas que la ciencia atrapa en miles de fórmulas, explicaciones, refutaciones, pruebas y contra pruebas. Los matemáticos apenas logran armar una metáfora de la vida. No en la fórmula, sino en la acción. Porque una ecuación, genera otra y esta misma se transforma en otras. Luego un silencio crudo, hasta que deducen otras fórmulas. Y un inmenso plano se va cargando de símbolos. Químicos y físicos acuden en su ayuda. El inmenso plano es un laberinto de caminos largos que terminan bloqueados y otras veces en un abismo. Un vacío que otra ecuación dará noticias. Una enorme metáfora, mientras la vida sigue ahí, respirando vaya a saber qué, para luego vestirse de algo que no sabremos cómo será.
En los perfiles del pensamiento de un día común, la vida es solo un anónimo de la humanidad. Nadie sabe quién es ni por dónde anda ni cómo se presenta. La vida no tiene nombre. Solo una idea genérica bajo sospecha de creación. Por eso se supone que es mujer.
La vida es eso todavía indefinible. La vida es eso que los artistas quieren atrapar o sentarse mano a mano en algún lugar. Preguntar y responder. Los artistas son esos sin miedo que se pelean consigo mismo para ver. Ver más. Ver más allá, más acá. Ver. Siempre ver. Por eso la vida los premia o creo que los premia y  los recibe de vez en vez. Quizá los abrace alguna vez. Pero siempre los suelta y los deja en sus preguntas, en el eterno soliloquio. 
La vida es eso que muchos dicen conocer, pero solo unos pocos se animan a expresar, con la vana idea de acertar.
***


 Imagen de autor desconocido. Se agradece la información para consignarla . 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por venir y dejar tu marca