miércoles, 26 de septiembre de 2018

PIENSA EN EL OTRO


Hay días en los que es más lindo dar un beso que recibirlo. Abrazar a ser abrazado. Mirar al otro antes que a uno mismo. Porque hay días en los que pensar en el otro, también es una forma de pensar en uno mismo. Porque no siempre alterar y alborotar el ego es quererse en serio. Adularse sin sentido produce solo fascinación por algo que uno no es. Porque alentarse a luchar por un camino que se desconoce, no se eligió y no se sabe para qué se está ahí, es simplemente alegoría de la estupidez, eso que llaman “autoayuda”.  

Hay días que es mejor pensar en el otro. Hay días en los que pensar en el otro, es la mejor forma de llegar a uno mismo. Y si a ese otro no lo tienes  cerca, no importa. Piénsalo tanto, invócalo tanto, que al final lo llevarás puesto en el cuerpo por el resto del día.

Así es cuando se ama, quiere o desea al otro. Así pueden ser los días en los que uno no quiere que  todo sea  disperso, anodino, triste, deshilachado, hasta  terminar enredado en madeja de nada.
Piensa en el otro, piensa en besarlo y abrazarlo. Piensa y dale rienda suelta al sentimiento. Lárgate a la carrera a buscar ese otro que te hará bien.

(papeles de Diego Bugallo)
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Street art. Imagen de Buenos Aires

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