Me habitó toda
la noche.
Y al amanecer,
la tengo frente a mí.
Hermosa, bella
como nunca.
Me ha dejado
en estado de
conmoción,
expandido por
dentro,
ensimismado por
fuera.
Me ha incitado a
rebelarme...
Y me rebelé.
Me desafió…
Y la desafié.
Me abrazó, me
envolvió,
me revolcó
cuanto pudo y más.
Me llevó dando
tumbos,
el resto de las
horas, el resto del día.
Me sentó a su
lado
Me beso y me
dijo:
“Sé libre, ya
he sacudido tus raíces.
Estaré a tu
lado si eres capaz,
de arrancarle
al horizonte
los frutos del
amor
que no has
sabido encontrar”.
La tomé de la
mano decidido a caminar,
erguido,
desafiante,
hacia la noche,
lleno de
imaginación.
Ella es así,
puro combustible.
Causa de
revoluciones invisibles,
que me desafían
todo el tiempo
y me impulsan
cada día.
Así, en medio
de sus explosiones,
camino altivo,
expectante.
Al ritmo del
combate
que ella quiera
proponer
cada mañana
como esta mañana.
©César Manuel Sarmiento
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San Telmo, 19 de julio de 2017
Imagen de autora o autor desconocido. Se agradece comunicar cualquier información.
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