A ese momento en que estoy cerca de ti, te siento próxima, respiro con vos en contrapunto y en el pecho veo las ondulaciones de tu corazón.
-------------------------------
Imagen: dibujo a lápiz de autor desconocido tomado de la Red.
A ese momento en que estoy cerca de ti, te siento próxima, respiro con vos en contrapunto y en el pecho veo las ondulaciones de tu corazón.
-------------------------------
Imagen: dibujo a lápiz de autor desconocido tomado de la Red.
Quiero quererte más allá de lo que pueda.
Quiero
abrazarte más acá de la palabra,
mucho
más acá, más cerca, más adentro.
Quiero
quererte y que me puedas.
Quiero
poderte en cada beso, en cada luna estrellada, en cada lluvia que estremezca.
Quiero
que me puedas desde adentro.
Desde
el arrabio luminoso donde funde un amor de hierro, cobre y plata.
Ese
amor que se parece a una magnolia y huele como un aromo.
Ese
amor de capa ancha y pétalos cóncavos, que abriga como ese azul tardío que
viene al final de la tarde.
Ese
amor de pistilos como llamaradas.
Quiero
quererte y que me aprietes.
Quiero
besarte como si bebiera el agua fresca al levantarme.
Quiero
dejarme.
Quiero
dejar que me puedas, que me quieras, que me aprietes.
Quiero tenerte
y soplarnos la nariz, jadear en las orejas, aventurarnos en el pelo y deslizarnos felices por la frente, bajar por los pómulos y caer de golpe sobre el cuello, para quedarse así hasta la tarde.
Una
tarde y todas las tardes. Te buscaré.
Siempre.
Igual
que en las mañanas. Igual que cada noche.
Para
decirte que te quiero.
Más
aún.
Para decirte que quiero quererte más allá de lo que pueda.
-------------------------------
Imagen: “Departur”, escultura a tamaño natural de George Lundeen, instalada en el parque de Loveland (Colorado, EE.UU.)
Te
quiero porque eres arisca y ácida a más no dar.
También
te quiero por la fuerza y presencia de mujer.
Te
quiero cuando llegas cálida, eterna, infinita y querenciera.
Te
quiero por mala
Y
te quiero por buena.
Te
quiero en la insolencia y en la desolación.
Te
quiero en el suspiro, cuando me respiras en la mejilla.
Te
quiero cuando parece que me besas y no me besas
Cuando
me besas con los ojos y te dejas abrazar con la mirada.
También
te quiero cuando no me miras.
Te
quiero porque te quiero.
Y
te quiero porque me gusta quererte.
Porque
lo más lindo de esta vida es quererte.
Porque
nada tiene sentido si no te quiero.
Porque
cuando no te quiero tampoco me quiero.
Y
cuando te quiero entonces me sale decirte
¡Déjame
quererte! ¡Déjame instalarme en tu querencia!
¡Vamos,
dale! ¡Seamos querendones un ratito!
Te
quiero porque me gusta decirte que te quiero.
Pero
más te quiero cuando me dices que me extrañas
Cuando
me sonríes, cuando me miras y me recorres.
También
te quiero cuando te enojas y revuelves,
Cuando
no hablas ni respiras, cuando resoplas.
Te
quiero por tantas cosas
Pero
al final no sé por qué te quiero.
Te
quiero tanto, tanto,
Aunque
no sepa porque te quiero tanto.
Pero
te quiero
Te quiero.
-----------------------------
Imagen de autor desconocido tomada de la
Red
Su boca, reflejo, realidad y espejo, cántaro
de agua bajo el sol. Aunque no sonriera ni emitiera un gesto, era una bacanal.
En el silencio era aún más profunda y frutal. Era un abismo, un universo sin definición. Y yo ahí, dispuesto a entregarme y nunca decir adiós.
-------------------------------
Imagen de autor desconocido, tomada de la red.
M
I
R
A
R
Mirarla
Todo lo que tengo que aprender lo puedo leer en su mirada.
Todo lo que la vida me pueda enseñar, está ahí, abigarrado.
Cuando me mira.
Todo lo que vendrá está guardado entre sus ojos.
Todo el futuro se
aprieta en el pestañear. Es esa línea que va desde el borde de sus párpados que
descansan y se abren, hasta el infinito que busco y siento que me lleva.
------------------------------------
Foto de autor desconocido, tomada
de la red.
esa boca,
no me deja otra opción
más que
…
Y si en ese duelo
soy quien deba morir
primero,
trataré de que mueras
conmigo
en el mismo beso
en el mismo empuje
en el mismo aliento
en el mismo
abrazo.
---------------------------------
¡Prometo alegrarte la vida!
Después vemos…
Tal vez comamos o bebamos.
Tal vez durmamos uno sobre el otro.
Tal vez te abrace.
Tal vez te relajes sobre mi corazón
Y te duermas escuchando su alterado
Lup-drop, trob-ton,
lup-drop, lup-drop.
Quizá te bese en el cuello o te acaricie la
espalda
O enrosque tu pelo con mis dedos,
Lo extienda hacia arriba,
Y lo deje caer. Solo para verlo flotar.
Tal vez te apriete fuerte contra mí.
Te bese en la frente y la cabeza.
Quizá juegue con mis dedos
En el laberinto de tus oídos.
Y también te haga cosquillas con caricias.
Mejor no. Puede alterar tu somnolencia.
Quizá trate de acercar mi cara hasta tu nariz,
Solo para sentir el aire de tu respiración.
A lo mejor te beso en ese instante.
Pero no sé.
Porque tal vez luego no quiera soltar tu boca.
Mejor te toco el culo.
Subo mi mano por tu espalda
Y te acaricio el cuello.
Tal vez no hagamos nada de eso.
Pero estaré en vigilia
Contenido, amarrado a tu cuerpo
Pegado a tu calor. Abrazado. Firme
Como un contendiente entregado.
Tal vez no hagamos nada de eso.
Quizá no nos prometamos nada.
Quizá sea mejor.
Pero hagamos algo.
Hoy, mañana, en la semana y el mes próximo
Tal vez hagamos siempre lo mismo o algo así.
Empezaré por decir que prometo hacerte feliz.
Bueno… no tanto. Solo alegrarte el día.
O tal vez no te lo diga.
Tal vez solo te bese largo tiempo
Con el impulso contenido.
Como una libélula con las alas desplegadas
Que se sacude y te estremece.
Tal vez repitamos siempre el juego
Tal vez nos enamoremos
Tal vez tengamos sexo en una cápsula de amor
Cada día, en todo momento
En cada cruce, en cada mirada
En cada encuentro.
Pero hagamos algo
Y después vemos.
-------------------
¡La Magia no existe!
La Magia
sos Vos.
...
¡Y Yo...!
Que te miro asombrado.
Todo y siempre es un camino de ida y vuelta.
De golpe y contragolpe.
Claudicar y enamorarse.
Todo y siempre son las fugacidades compartidas
De abrazarse y soltar, para volverse a abrazar.
Besar y que te besen.
Amar y que te amen.
Mirar y de mirarse.
La magia no existe.
La magia está en la intensidad de las miradas y en la profundidad de los
afectos.
Pero en esta encrucijada de miradas,
En este instante que no comprendo.
En este asombro que fluye desde el piso.
Hay algo más. Sé que hay algo más. Siento que hay algo más.
Indescifrable, hermoso, agudo y penetrante.
Ese algo más no tiene nombre ni explicación.
No hay entornos, espacios, tiempos ni circunstancias.
Ese algo más no es magia.
Ese algo más tiene tu nombre.
Eres tú que me miras.
Y yo… Que te miro asombrado.
-------
Foto “Tréboles” de El Jinete Imaginario (@eljineteimaginario)
A veces la belleza es una hecatombe.
Se presenta abruptamente, de golpe,
sin permisos, sin licencias.
Es un impacto tan severo, tan arrollador,
que destruye todo por completo.
Nuestras vidas quedan como un líquido disperso.
Tras el golpe inesperado, se nos impone pensar.
Nos obliga a la construcción y a desechar.
Construir. No reconstruir.
Volver al camino. Recuperar el comienzo.
Descubrir y colocar desde los nombres,
hasta buscar las virtudes, los sueños, las ideas
y decidir de qué lado de la vida
queremos estar,
cuál nos pertenece, cuál merecemos.
Tras la conmoción, la vida se presenta como el primer día.
Si fuéramos capaces de verla así,
de hacer el esfuerzo por verla así,
entonces habríamos recuperado el reloj del origen absoluto.
A veces la belleza
es ese paraíso avasallante que nunca imaginamos,
es ese lugar tremendo que impone la destrucción.
Para volver a crear.
Para volver a creer.
Para volver a crecer.
A veces la belleza ni siquiera es bella.
A veces la belleza
es el estruendo incontrolable,
es el instante vacío
que nos desafía, nos obliga
a un nuevo pensamiento,
otra imaginación,
otro camino, otra vida
que tal vez,
contenga algo de belleza.
Estas guerras de la dignidad,
que se dan en el interior mismo de uno mismo,
suelen ser un hecho azaroso.
Ocurren alguna vez,
cuando te cruzas con alguien y no sabes por qué.
Solo reconoces el primer embate de las miradas
y luego no sabes qué pasó.
-----------------------------
Poema del libro Te Besaré A Quemarropa (agosto, 2021)
Obra de autor desconocido