lunes, 2 de octubre de 2017

ALEGORÍA DE UN SENTIMIENTO

Nosotros nunca tuvimos un casamiento. Tampoco lo tendremos. Nosotros tuvimos un pensamiento. Y seguimos en el pensamiento. Un pensamiento tan largo, que al escribirlo son kilómetros y kilómetros de palabras. Nos quedamos a vivir en el pensamiento, en ese pensamiento. A veces no nos vemos porque nos quedamos dormidos. A veces estamos tan dentro del pensamiento que no veo que está en otra parte. Muchas veces, cuando está en otra parte, pienso que estará en otros pensamientos o con otros pensamientos. Pero luego me despierta y me dices: “¿En qué estás pensando?” Entonces respondo: “En ti estoy pensando, siempre estoy pensando en ti”. Ella piensa que me voy a cansar de estar siempre en el mismo pensamiento. Pero no es cierto. Ella tampoco se cansa de estar en el mismo pensamiento. A veces tiene pesadillas. A veces sueña cosas bonitas. A veces se queda con la mente en blanco. A  mí eso no me pasa. Porque cuando estoy en peligro, entonces me refugio en el pensamiento. El pensamiento que tuvimos juntos, que tenemos juntos. Nosotros nunca tuvimos un casamiento ni lo tendremos. Por eso nunca nos divorciaremos, nunca nos diremos adiós para siempre. Nosotros tuvimos un pensamiento. Y ahí vivimos desde hace 5 años. No nos vamos porque no sabemos irnos. No queremos irnos. Nos vamos, pero cuando llegamos a la puerta del pensamiento entonces nos volvemos. A veces nos preguntamos: “¿Qué tendrá este pensamiento?” Ella se lo pregunta más veces. Pero ella es  la que lo cuida. ¿Cómo lo cuida? Lo llena de claves, acertijos, leyendas, enigmas, menciones, falsas metáforas, verbos reversibles, sinónimos que no son sinónimos y palabras cruzadas. Y mientras más cosas le  pone, es cuando se me acerca y me pregunta: “¿Qué tendrá este pensamiento?” La miro asombrado. ¡Es ella la que lo alimenta! Yo no sé qué tiene este pensamiento. Pero escribo y escribo tratando de contarlo, enunciarlo, enumerarlo, describirlo, averiguarlo y no sé cuántas cosas más. Para que ella tenga  la  respuesta que tanto quiere. ¡Pero no hay caso! Cuando más me acerco a definirlo, ella le pone más cosas al pensamiento. Y así vivimos. Desde hace 5 años. Pero no nos cansamos. Por eso no nos casamos. Tampoco nos casaremos. Nosotros nunca tuvimos un casamiento. Nosotros tenemos un pensamiento. Un pensamiento que nos agota, nos entusiasma, nos alegra, nos mata y nos resucita. Nosotros tenemos un pensamiento que no sabemos qué es. Pero como ella dijo una vez: “Nunca sabremos qué es. ¡Pero es tan lindo…!”.  Y se rió. 




© César Manuel Sarmiento
--------------------------------------------------
San Telmo, 30 de septiembre de 2017

Imagen de autor desconocido. Se agradece cualquier información para consignar la autoría. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por venir y dejar tu marca