Lento se va el otoño, amarillos ocres de ilusión y amparo.
Despacio el invierno ocupa los rincones, alma cálida de corazón abierto.
Lumbre, fuego, leña, salamandra. Aliento que se frota mano a mano.
Una casa breve de relato grande y una ocarina como péndulo de sonidos
sólidos.
Cencerro de libertad.
Voces, besos, abrazos, un vino, mates y un par de tazas de café.
Palabra con palabra sobre palabra, construyendo la querencia.
Aquí no hay distancias. Solo pensamiento y sentimiento.
Aquí solo están los que deben estar y nunca se han ido.
Entre el fuego que abraza y la luz que cobija, siempre hay hebras de sutil
amor.
El día ha sido claro y el atardecer ha sido feliz.
Esta noche no hará frío, el lucero me anunció tu voz.
Todo está como era entonces, amor mío.
Como siempre, pensándote.
Y siendo feliz.
.
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TE BESARÉ A QUEMARROPA
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Imagen de autor desconocido, tomada de la Red
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