martes, 10 de septiembre de 2019

DOS SENCILLAS FOTOS QUE ME ALEJAN DE LA ESTUPIDEZ



Siempre que tengo algún problema, entonces busco la cámara y empiezo a mirar a mÍ alrededor. Levanto la cabeza y la vista. Recorro el sitio donde estoy y los lugares próximos que me rodean. Trato de verlos sin ninguna condición. Espero que me digan algo. Estar atento, reconocer de varias formas lo que veo, me saca de los problemas. Eso fue lo que sucedió hoy en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA. Estas dos fotos forman parte de una secuencia de muchas imágenes. Es parte de lo que veía al retirarme de un concierto.

Ahora que las miro con atención, ya no veo solo el entorno en el que estuve. Veo algo más. Hice algo que no estaba previsto. Encontré en ese lugar un espacio para recortar un paisaje que dice algo más que una escalinata. Ahora que las miro con pausa, estas fotos parecen decirme: “Que nunca se diga que la estupidez ha podido contigo. Que la estupidez no sea el eje central de tu concentración. La estupidez nunca podrá o deberá ser tu desafío”.
Una de las cosas que le agradezco a la fotografía es que me permitió ver el mundo de muchas otras formas. Permitió que descubriera capacidades que no sabía que tenía. Cuando levanto la cámara me sorprende el mundo y me sorprendo yo mismo. Con frecuencia, la fotografía me rescata de la estupidez y de la preocupación neurótica. Cuando hay problemas, entonces levanto la cámara y el resultado siempre es “El Asombro”. Y un llamado: “¡Sigue, sigue! No te detengas. ¡Concéntrate! Nada justifica que te apartes de tu objetivo, de tu camino. Deja la estupidez”.
Cuando suceden estas cosas, entonces me permito mirarme con ternura. Pero sin egolatrías ni vanidad.


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fotos sarmiento-cms

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