(Fragmento
de una noche)
-- ( … )
-- En estos días
quise definirte. Saber en qué parte de mí estabas. No concluí en nada. Solo que
me gusta estar con vos aún sin estar. Todo parece tan irreal...
-- Todo es irreal
pero es real. Anoche volví a soñar contigo…
-- Parece irreal,
pero a la vez te sé tan cerca, tan pendiente de mí… Me gusta esa sensación. Y
me hace bien. Siento que puedo emprender cosas.
-- Me alegraría
que lo hicieras. Quisiera sentirte descansar sobre mi pecho tras una jornada
intensa. Eso quiero.
-- ¡Soñábamos lo
mismo! Hoy temprano te escribí diciendo que me imaginaba recostada en tu pecho.
-- Yo me imagino
al lado tuyo, colaborando, tratando de
soliviantar el esfuerzo. Te imagino sorprendida de preguntas y descubrimientos.
Te imagino solidaria cuando el día nos agobie.
-- Poco antes del
amanecer, estaba con mi cabeza sobre tu pecho. Sentía tus latidos. Estaba
recostada entre tus piernas y mirábamos la noche. Absortos ante la inmensa luna
llena.
-- Anoche pensé
que eras una luna clara. Te sentí desnuda sobre mi cuerpo, con las piernas
entrelazadas. Y hablábamos.
-- También sentí
que hablábamos. Tal vez lo habíamos hecho toda la noche. No sé… Mirábamos el
cielo y hablábamos y te escuchaba. Un sueño sencillo que me hacía sentir
abrigada, querida, y me provocaba amarte más y más.
-- Son esos
sueños sencillos en los que siempre te imagino y te quiero, te quiero y te
imagino. Te imagino y te quiero.
-- ( … )
Y respiraron con
intensidad, en suspiros profundos al mismo tiempo los dos.
.
.
© César Manuel Sarmiento
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San Telmo, 20 de septiembre de 2017
Imagen: dibujo de Nicol
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